En el tiempo que llevo dedicándome a los deportes de montaña, he visto un gran número de excentricidades, senderistas con un calzado inapropiado, bastones que parecen una rama de roble, pantalones superceñidos para hacer escalada, etc.
Pero últimamente veo gente con mochilas que no son muy recomendables, bien son bandoleras o bien mochilas que tienen como hombreras unos cordones como los de los zapatos.
Una mala elección de la mochila puede provocar que la excursión que hagas se convierta en una tortura. En la ruta, el cuerpo realiza varias funciones a la vez, es decir, ejecuta movimientos de brazos y piernas, el tronco y los hombros se balancean, etc. Es por eso, que para tener una ruta apacible, la mochila tiene que adaptarse a nosotros y al uso que le demos.
Para llevar el material, debemos repartir bien la carga y evitar una mala posición que presione músculos, huesos, nervios, etc. Así obtendremos una mejor estabilidad y aprovechamiento de la energía, además de evitar lesiones.
Un dato curioso es que las mochilas con bolsillos laterales, aumentan el nivel de la carga, pero puede llegar a desestabilizarnos y dificultar la marcha.
Tipos de mochila
No podemos llevar cualquier tipo de mochila con nosotros, no es lo mismo llevar una mochila para una ruta ligera que una mochila para un sendero de 4 o 5 km.
Mochilas de gran carga: son las que tienen de capacidad entre 75 a 85 litros
Mochilas de excursión o de fin de semana: son las que se utilizan para hacer noche por el monte, suelen tener una capacidad de 45 a 70 litros aprox.
Mochilas de ataque: son las que se utilizan para rutas de un día, tienen una capacidad de 30 a 45 litros.
Mochilas pequeñas: de 0 a 25 litros, son utilizadas para paseos cortos.
Cómo colocarse bien una mochila
Cargamos a la espalda la mochila, y antes de ajustar las hombreras (asas de la mochila), cerraremos el cinturón de la mochila, cuya posición deberá estar en la parte superior de la pelvis. Ajustaremos el cinturón de manera que haya un contacto con todo el contorno de la cintura.
Posteriormente, tensaremos las las hombreras hasta notar el contacto que existe en toda la zona del pecho, hombros y el inicio de la espalda.
Por último, ajustaremos los estabilizadores que se encuentra junto a las hombreras, si se tienen, porque así anularemos el balanceo de la parte alta de la mochila. La cinta del pecho la podemos cerrar en caso que tengamos una bajada por una gran pendiente, de esta manera, anularemos el balanceo.
*fuente: módulo de formación técnica del montañismo
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